Desde la Federación Canaria de Tenis, expresamos nuestro más profundo pesar por el fallecimiento de Alfonso Martínez Gutiérrez, figura esencial en la historia del tenis canario y pionero del arbitraje insular a nivel internacional.
Alfonso Martínez abrió un camino que parecía inalcanzable para el olimpismo isleño, al ser designado como juez de silla en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Aquella cita marcó un antes y un después no solo para el deporte español, sino también para el tenis en Canarias, al contar con representación arbitral de nuestras islas en uno de los torneos más memorables de la historia olímpica.
Natural del Toscal, tinerfeño de cuna y vocación, Alfonso fue mucho más que un árbitro. Tras formarse en Madrid y descubrir su pasión por el tenis en Francia durante los años setenta, regresó a la Isla para impulsar el arbitraje canario desde dentro, como secretario técnico de la Federación Insular y creador del comité de árbitros. Desde allí, su compromiso y excelencia lo llevaron a arbitrar partidos decisivos a escala regional y, más tarde, internacional.
En Barcelona 92 tuvo el privilegio de ejercer como juez de silla en encuentros protagonizados por leyendas del tenis como Jim Courier, Goran Ivanišević, Arantxa Sánchez Vicario, Conchita Martínez y muchos otros. Fue un hito no solo personal, sino también colectivo para todo el deporte canario. “Una noche, a las once, recibí una llamada del presidente de la RFET…”, recordaba con humildad sobre la oferta que marcaría su vida.
Su legado vive hoy en figuras como su hijo, Alfonso Martínez Magán, presidente del CT Pabellón, y en tantas generaciones que han heredado su pasión por el tenis y su amor por el deporte limpio y entregado.
Desde la Federación Canaria de Tenis, nos unimos al dolor de sus familiares, amigos y de toda la familia del tenis canario, y enviamos nuestras condolencias en estos momentos de profunda tristeza.
Gracias, Alfonso, por abrir camino.
Gracias por soñar por todos nosotros.
Tu silla sigue presente en cada pista de Canarias.
